El biblioburro es una iniciativa surgida a finales de los años 90 en una pequeña comarca Colombiana, La Gloria, de manos del profesor de primaria Luís Humberto Soriano.
Técnicamente es lo que conocemos como biblioteca itinerante, y prácticamente es una manera de entender que en cualquier rincón del mundo hay gente con ganas de poder acceder a la cultura y a los libros, sin importar su nivel cultural, social o que vivan en un pueblo recóndito. Y también hay personas que ponen a su disposición todos sus recursos para lograr que ésto sea posible. Si además su trabajo se centraa en los niños, nos encontramos con una labor que merece la pena ser destacada y conocida y, con un poco de suerte, quién sabe si llegar a ser imitada, por lo menos en esencia... Lo de darse una vuelta por Madrid en burrillo, no lo veo, la verdad.
El profesor Soriano, comenzó su andadura (nunca mejor dicho) por los caminos y carreteras de la comarca de Magdalena, en Colombia, con dos burros, Alfa y Beto (¡este hombre es un genio!). Juntos han recorrido durante más de 10 años las carreteras y caminos de la zona para hacer llegar a través de su biblioteca ambulante a la población indígena que vive en zonas de difícil acceso, material didáctico y de lectura.
En un primer momento contaba con 70 libros, que rápidamente aumentaron por las cuantiosas donaciones que recibió cuando la iniciativa empezó a ser conocida, apoyada y comentada en programas radiofónicos. En 2008 el fondo documental del biblioburro estaba cerca de los 5000 volúmenes. Y varias compañías aportaron también su granito de arena.
El impacto de esta iniciativa se aprecia si hacéis una simple búsqueda en Google, hay multitud de noticias de periódicos de todo el mundo que hablan del biblioburro, blogs e incluso se han producido documentales que están disponibles en Youtube.
He intentado ponerme en contacto a través de correos electrónicos que he localizado en diferentes webs con varias personas e instituciones relacionadas con la iniciativa, pero no he recibido respuesta de nadie… por ello no puedo asegurar que Alfa y Beto sigan en activo, imagino y espero que si… y si no es así nadie podrá borrar jamás la estupenda labor que han realizado durante tanto tiempo y que, además, ha servido de ejemplo para otras iniciativas: como la llevada a cabo desde 2006 en la Sierra Nevada de Santa Marta, donde se utiliza un mulo como medio de transporte para mover los fondos disponibles (unos 400 libros) entre ocho escuelas.
En este momento complicadillo para algunos y muy complicado para otros, creo que es bueno que ampliemos nuestro campo de visión y seamos conscientes de que, aún en paro y con salarios precarios (vale, este es mi caso…) somos afortunados en muchos aspectos. Recordemos que tenemos libros al alcance de todos en las bibliotecas, aunque suene a “Qué alegría en el país de la piruleta…” es cierto y es gratis, para nosotros y sobre todo, para los niños, que son los que deben aprender lo antes posible la enorme riqueza que supone la lectura.
No tenemos que olvidar la primera función de las bibliotecas, que a veces parece que se queda un poco perdida entre tecnologías varias, problemas de derechos, sgaes, y mil historias… Hay que leer y ayudar a que la gente lea ¿o no?.
Aquí podéis ver a Alfa, Beto y Luis Humberto en acción:
Aquí les dejo un vídeo para que podáis observar la gran labor de este gran hombre:
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